Santtu-Matias Rouvali & GSO - Sibelius: Symphony No. 2, King Christian II - Scherzo
Ya comenté, al reseñar el primer disco de este ciclo sobre Sibelius, que el joven finlandés Santtu-Matias Rouvali tenía un talento verdaderamente asombroso. Causó una honda impresión cuando dirigió a la OCNE la sinfonía que ocupa este disco: la Segunda de Sibelius. Y si el disco con la Primera ya resultó fantástico, este no le va a la zaga. No puede extrañar en absoluto que la Orquesta de Gotemburgo le echara inmediatamente el guante como titular y que la Philharmonia, tras la partida de su compatriota Salonen, haya hecho lo propio.
Tenemos una Segunda de Sibelius vibrante, sabiamente expuesta, clarísima en su exposición, con una sonoridad brillante pero nunca espesa, respetuosa siempre con las inflexiones dinámicas y con un manejo de la agógica sobresaliente. Hay, como en la Primera, un discurso de emocionante intensidad expresiva, con gradaciones de tensión construidas de forma magistral, como la grandiosa —que no ampulosa ni grandilocuente— coda de la obra, cuyo lento crecimiento desde la misteriosa tristeza al triunfo final resulta sobrecogedor. Dibujados con acierto los contrastes, delineados los reguladores y diferenciadas las dinámicas con precisión exquisita, el discurso nos llega con plenitud expresiva y envidiable, casi insólita, claridad.
Se completa el disco con la Suite Rey Christian II, cinco movimientos de la música incidental sobre la pieza teatral del mismo título, obra poco escuchada pero muy hermosa, compuesta por Sibelius en 1898 y en la que destacan la bella Elegía y la Balada final. Rouvali nos la presenta con la misma intensidad que la sinfonía, algo fácil de apreciar en la brillante, épica traducción del movimiento final. Impecable toma de sonido y sobresaliente prestación de la orquesta sueca. No dejen de seguir a este joven director: les aseguro que merece, y mucho, la pena.