Corbetta - William Carter - Goldberg

William Carter es un avezado intérprete de continuo de insaciable curiosidad y vivida imaginación, por lo que no constituye ningua sopresa que su ejecución guitarrística tenga una calidad casi orquestal. Fue Berlioz (otro guitarrista antiguo!) el que dijo que la guitarra era una orquesta en miniatura, y puede que Corbetta también se percatara de ello: su mozartiana capacidad para absorber los estilos y técnicas de otros compositores para luego forjar algo del todo original está tanto en su música como, según descripciones contemporáneas, en su interpretación. Tuvo además la fortuna de contra con ed patronazgo de dos guitarristas reales, Luis XIV y Carlos II. A consecuencia de ello el instrumento y las composiciones de Corbetta se pusieron muy pronto de moda entre la nobleza, asgurándole la difusión más amlia posible de su arte.

Carter ofrece un attractivo programa que, como dice en sus excelentes y divertidas notas del folleto, podría haber sido adecuado para un íntimo recital nocturno en los aposentos de Luis XIV (el rey tenía la costumbre de hacer que un guitarrista tocara para él antes de acostarse). Asi que, a pesar de algún ocasional movimiento animado (como el frenético preludio en estilo español de Carter que antecede a la Suite en sol meor(, la mayor parte de la música es de naturaleza delicada. Ya mencioné antes el elemento orquestal: aparece aqui a nivel de sugerencia, dado el asombroso abanico de color a disposición de Carter. La ejecución es de tal gusto y refinamiento que le hubiera asegurado los sueños más placenteros al Rey Sol.