Sarah Willis - Mozart y Mambo - Scherzo

Entre las ‘mejoras’ (con perdón) que Simon Rattle aportó a la Orquesta Filarmónica de Berlín, destacaría acaso una rítmica más rigurosa o viva, gracias entre otras al fichaje de músicos como Sarah Willis (¡la primera trompa femenina en la historia de la orquesta!), dotada de un fabuloso sentido del ritmo a más de un maravilloso sonido aterciopelado. cualidades ya apreciadas por Barenboim cuando conducía la Saatsoper Unter den Linden de Berlín donde Willis era segunda trompa, y que apreciamos en este Mozart y Mambo.

El cD contiene obras de Mozart y, en el polo digamos opuesto, dos celebérrimas canciones cubanas junto con un mambo igualmente famoso. Y en medio, lo más atractivo o arriesgado, un espacio ambiguo donde la flor ya no es flor y la fruta todavía no fruta, y de donde se eleva una suerte de doble fragancia, de doble alegría: unas recomposiciones de obras de Mozart impregnadas por un sentir cubano que se deja llevar, o nos arrastra, por giros cuyos colores no cesan de brotar (Sarahnade mambo basado en la Pequeña música nocturna), una savia caribe (Rondó alla mambo basado en el tercer movimiento del Concierto K 447, también incluido en el cD) que se desliza entre las armonías clásicas para bailar con el tiempo o suspenderlo; cada frase es una ventana sobre una aventura nueva, una nueva posibilidad de descubrir, de equivocarse, de entender o atravesar los siglos para que vuelva a sonar la desatada risa de Amadeus.

Las versiones de las obras originales (el Rondó K 371 ofrece unos compases recientemente descubiertos), con instrumentos modernos (la Orquesta Havana Lyceum, fundada hace diez años en colaboración con el Salzburg Mozarteum) tienen la graciosa exuberancia de Papageno y las cadencias tocadas por Sarah Willis son deslumbrantes.